El Sindicato de Trabajadores de Prensa (SITRAPREN), único gremio en ejercicio de la Personería Gremial en el ámbito de Télam S.E., manifiesta su preocupación por una serie de hechos que nos obligan a pensar en épocas que creíamos pasadas.

 

Convencidos de que en política no existen las casualidades, nos llama poderosamente la atención que al mismo tiempo que se publica un «libro» que refiere a Télam como un «hecho maldito», aparecen declaraciones desde dos cuentas de correo electrónico donde, quienes dicen representar a los trabajadores, señalan un deterioro progresivo y sistemático del servicio de la agencia, operaciones, prebendas y propagandismo, entre otras cosas.

Lo insólito de estas apreciaciones es que en julio pasado las mismas personas repudiaban al periodista Jorge Lanata por «criticar la falta de criterio profesional en el tratamiento de la información en la Agencia» argumentando que «los trabajadores de Télam somos ajenos a las decisiones editoriales». Es decir, critican lo mismo que ellos hacen ahora, cuando tanto un hecho como el otro no hacen más que poner en riesgo la fuente de trabajo.

Tampoco creemos que sea casual que dichas «denuncias» provengan de algunos conocidos personajes, cuyo accionar en los tiempos de cierre y liquidación de la agencia Télam durante la desgracia Aliancista no sólo dejó mucho que desear, sino que son recordados por los compañeros como los «facilitadores» de quienes pretendían cerrar la agencia.

No debemos olvidarnos como el entonces Jefe de Política mantenía amenas reuniones de amigos con Darío Lopérfido quien capitaneó el cierre de Télam, o el delegado que nos decía «la liquidación es un hecho, aunque no les guste, pero aquí no hay conflicto porque los sueldos están al día», entre otras perlitas.

Otra vez, como en el año 2000, los mismos muchachos tiran basura contra la fuente de trabajo de nuestras familias, en lugar de admitir que quieren gobernar la redacción llevándose por delante las decisiones de la gerencia periodística por el simple hecho de que no favorece a sus amigos, a los que ellos sí les quieren dar prebendas y premios.

Es llamativo también porqué hacen creer a los trabajadores que están en contra de los concursos, cuando una integrante de la «Agrupación Azul y Blanca» se inscribió para concursar por el cargo de Jefe de Departamento de Mesa de Entradas, sin saber cómo es el trabajo de la sección, ni formar parte de la misma.

Por otro lado, es mentira que las personas que trabajan en la mesa de edición no viajan para realizar las coberturas correspondientes, de hecho la sección política ha realizado la mayor cantidad de viajes internacionales con trabajadores que se desempeñan en ese lugar y no sólo en esta gestión sino en todas las que pasaron por Télam.

Es terrible observar que en uno de los comunicados enviados, siendo supuestamente defensores de los trabajadores, advierten a la empresa que no debe otorgar los debidos encuadramientos que les corresponden a los trabajadores, por el sólo hecho que los mismos son reclamados por el SITRAPREN.

No sean hipócritas: reconozcan de una vez por todas que sus peleas internas y denuncias infundadas se deben a la desesperación ante el final de la mentira de la UTPBA en Télam S.E., y a que quieren salir del anonimato para poder ser parte de la fraudulenta elección que pretenden realizar en noviembre, sin ningún tipo de respaldo legal. La gente ya no compra más mentiras y sabe a quiénes recurrir ante cualquier intento de avasallamiento laboral.

«Seres desiguales no pueden pensar de igual manera. Siempre habrá evidente contraste entre el servilismo y la dignidad, la torpeza y el genio, la hipocresía y la virtud». José Ingenieros

COMISION DIRECTIVA

Buenos Aires, 13 de septiembre de 2014

SINDICATO DE TRABAJADORES DE PRENSA

(SITRAPREN)

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Por sitrapren