Vos te vas sin ser voz; te fuiste sin ser muerte;
Desapareciste sin reaparecer.
Tu rostro está aquí: cómo nos mira y
Como lo miramos. Te fuiste sin decir
Adiós. Nadie te sabe, todos te añoran,
Van proclamándote, rememorándote.
Quedaste en tantas vidas que no descansan,
Que están en tu secreto, en su silencio.
Sin alivio, porque te echan de menos,
Te conocen de más.
Ah desaparecido, ¿qué podemos hacer
Para encontrarte, para compadecer en tu
Agonía, si no sabemos cuándo te has ido,
Desvanecido, vuelto fantasma?
Quizá por ese no saber nos vamos quedando
Sin melancolía, apenitas con un sol a oscuras,
Abandonado, con la memoria sin excusas,
Con el poder más imponente.
Ah desaparecido, ¿quiénes fueron los que sin
Dudarlo te borraron? Tu ida fue un crepúsculo
Interminable. La desaparición no es una muerte
Sino un vacío. Podés ser náufrago, despojo o
hueso en tierra, también pájaro que decide emigrar.
Los que te encuentren, si te encuentran,
te regarán llanto, aunque haya lluvia.
Ah desaparecido, parecido, sido, ido.
Nunca más te esfumes, por más que
El tiempo pase, no vamos a perdonar lo imperdonable.
Mientras tanto, confiemos en que cada uno
De los desaparecedores reciba el castigo
de su propia conciencia.
Mario Benedetti
MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA
A 42 AÑOS DEL GOLPE GENOCIDA
¡NUNCA MÁS!