Primero que nada discúlpeme por dudar en tratarlo de compañero o no, pero desde que empecé a escuchar su nombre en boca de otra persona de apellido Klimenzuk, me llamó poderosamente la atención descubrir que de la «noche a la mañana» el heredero ignoto del General Perón había aparecido en la agencia Télam.

Y lo digo así, porque desde que usted comenzó -hace muy corto tiempo- a interesarse por intentar dar sus primeros pasos en el arte del gremialismo, las cosas para los trabajadores empezaron a tomar otro perfil.

¡Mire que casualidad Perfil! Empresa que en este momento se encuentra en conflicto por despidos de más de una decena de compañeros, y justamente usted, como tengo entendido, ofreció su patrocinio a dos de los perjudicados trabajadores.

Esto no sería extraño si lo tomamos como un gesto de buena voluntad de su parte. Pero resulta que recopilando información acerca de su persona descubrí que realizó dos demandas bajo su propio patrocinio -una de ellas siendo «delegado gremial»- contra la Agencia Télam S.E. por diferencias salariales y plus por idioma, lo que lo llevó a percibir por uno de los litigios más de 100 mil pesos.

Y no sólo eso, sino también que el Estudio Jurídico de Georgina Sabadini y María Adela Sabadini (familiares suyos) lleva adelante siete juicios más contra Télam S.E. por diferencias salariales y recategorización, uno de ellos representando al «delegado» Klimenzuk. Ya no causa asombro que alguno de los demandantes haya realizado el reclamo en la misma etapa en que usted debía representarlo gremialmente.

Es decir, lo que sí llama poderosamente la atención es que usted haya decidido «dedicarse» a la tarea gremial cuando en vez de realizar los reclamos de los trabajadores bajo esa órbita, se ocupa de representarlos en la Justicia. Tal como lo hizo en su caso y en el de los compañeros de Perfil, o aunque más no sea «recomendar» el estudio jurídico de sus familiares como sucedió en Télam.

Cabe señalar, que en 32 años de actividad gremial y sindical me caractericé por obtener mejoras y conquistas para los compañeros de la Agencia a través del reclamo gremial ante las distintas autoridades de la empresa, jamás vía juicio de por medio. De la misma manera, junto al conjunto de trabajadores y con el apoyo de otros dirigentes sindicales y políticos- logramos evitar el cierre de Télam en más de una ocasión.

Justamente, haciendo memoria, fue en agosto del 2000, cuando el entonces secretario de Cultura y Comunicación, Darío Lopérfido, anunció que la agencia Télam, Radio Nacional y Canal 7 integrarían una única empresa bajo la forma del Sistema Nacional de Medios Públicos (SNMP), medida que se hizo efectiva el 25 de enero del 2001, cuando se firmó el decreto que dispuso la disolución y liquidación de las sociedades ATC SA y Télam SAIyP, para dar a lugar a la creación del multimedios.

Discúlpeme, pero aunque usted haya ingresado a la Agencia en 1999 no recuerdo haberlo visto en ese momento al frente de la lucha por salvar la fuente de trabajo de centenares de familias. Tal vez mi memoria puede fallar, pero tampoco encuentro registro alguno en ningún medio de la época con declaraciones o participaciones suyas al respecto. En cambio a mí y a mí familia nos costó la persecución, amenazas e intentos de aprietes por parte de una patota de la SIDE que actuó con zona liberada frente a mi domicilio de forma camuflada. Hechos que pueden corroborarse en los periódicos de la época.

Mire que diferencia nosotros utilizábamos herramientas gremiales y sindicales y pasábamos estos malos momentos; usted no hace más que sacar de la órbita gremial el reclamo de los trabajadores y llevarlo directamente a la Justicia, sin el paso previo de efectuar ante la empresa el pedido gremial correspondiente. No está mal, pero por una cuestión moral o actúa como delegado hasta la última instancia o se dedica a trabajar como abogado laboralista, que quizás con un universo potencial de más de 900 familias como clientes; trabajo no le faltaría.

Más allá de todo esto, que no es poco, usted hasta llega al límite de presentar denuncias penales contra compañeros que la Justicia se encargará en demostrar que son falaces, con las consecuencias que esto acarreará.

Tenga presente que lo que usted hizo le ocasionó un enorme perjuicio a los compañeros denunciantes, por los cuales nosotros, como corresponde, gestionamos oportunamente su efectivización y posterior recategorización, y hoy están atrapados en un laberinto de mentiras a lo que se dejaron inducir.

Como ya lo dijimos anteriormente: «Mentir tan descaradamente, calumniar e injuriar a autoridades y compañeros del SITRAPREN es algo que no vamos a permitir.» ¿Qué hubiera pasado si en plena época de la dictadura militar hubiera hecho una denuncia de éste tipo? ¿Si hubiera acusado a algún compañero con falsos fundamentos? Quizás usted era muy pequeño en ese tiempo, pero no debe desconocer la historia, y por eso puede entender que nada bueno le hubiese sucedido a esa persona; en mi caso particular, hoy no estaría escribiendo esta carta.

Y hablando de la época más oscura y triste de nuestro país le reiteramos: Solicitar la intervención de un gremio para que un funcionario del Estado se haga cargo de su conducción, es propio de un pensamiento totalitario, por ende, inaceptable en un país democrático. ¿No le parece mejor tener presente la historia argentina? Aunque más no sea para refrescar su memoria puede releer los libros de la escuela secundaria ¿O aprovechar el próximo 24 de marzo «Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia» para comprender aquello que los argentinos no queremos NUNCA MÁS?

Por ello, le comento que el prestigio y respeto de los compañeros es algo que no se compra, se conquista por las medidas, logros y decisiones realizadas a través del tiempo, y usted realmente hace hasta lo imposible para obtener todo lo contrario, y lo está consiguiendo.

No por nada tengo el orgullo de poseer en Télam el record histórico de votos ganados en las distintas elecciones gremiales y sindicales, tanto en lista abierta como en lista cerrada. Por eso, le pido no le falte el respeto a los compañeros ni pretenda engañarlos con falacias. La máscara se le cayó y su rostro quedó a la vista de todos.

Una última sugerencia, si necesita ver el expediente del trámite de personería gremial de nuestro Sindicato en el Ministerio de Trabajo, pídamelo que yo le daré fotocopias gustosamente, y evitará de ésta forma hacerse pasar por alguien que no es, o pasar un mal momento como le sucedió la semana pasada cuando le informaron que al no formar parte no puede tener acceso al expediente.

Por último, quizás con el tiempo usted como dirigente gremial llegue a ser un buen abogado laboralista.

Sin más, lo saluda cordialmente.

Luis Giménez

Secretario General

Del SITRAPREN

Buenos Aires, 10 de marzo de 2014

SINDICATO DE TRABAJADORES DE PRENSA

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