Hace 93 años nacía en Los Toldos aquella mujer a la que los trabajadores consideramos la más importante de la historia en la lucha por la Justicia Social: Eva Perón, luchadora incansable por los derechos de los desprotegidos, a pesar de su juventud y su humilde origen, dueña del amor eterno de los argentinos.
No fue importante sólo por haber entregado su vida por los trabajadores, los ancianos y los niños, sino también por acompañar al mayor estadista de la historia argentina, el general Juan Domingo Perón, por quien demostró una lealtad absoluta e inigualable, al punto de pedir en su lecho de muerte el apoyo incondicional del pueblo a su gobierno.
No muchos saben que en el hogar de la infancia de Eva Perón, aún cuando vivió en la escasez y llena de privaciones, funcionó un comedor para necesitados, lo que habla a las claras de cómo se forjó su personalidad, enfocada en lograr el fin de las desigualdades, la discriminación y los vejámenes contra los trabajadores y sus familias.
Toda su vida luchó en forma incesante por la igualdad, la justicia, en contra de la discriminación y a favor de las mujeres, los ancianos y los niños y con sólo 33 años entró en la inmortalidad y en la memoria de todos los argentinos, que para siempre quedarán identificados en todo el mundo con su figura inolvidable.
Desde 2003 vivimos un tiempo de cambios y reivindicaciones que permitieron que los trabajadores dejáramos de vivir como mendigos o avergonzados por no poder llevar pan a las mesas de nuestras familias. Sin dudas queda mucho por hacer, pero confiamos en que la imagen y el recuerdo de nuestra querida Evita iluminará al gobierno nacional para que lleve a cabo la tarea iniciada.
Yo he de volver como el día para que el amor no muera
con Perón en mi bandera con el pueblo en mi alegría.
¿Qué pasó en la tierra mía desgarrada de aflicciones?
¿Por qué están las ilusiones quebradas de mis hermanos?
Cuando se junten sus manos, volveré y seré millones».
José Castiñeira de Dios
Buenos Aires, 7 de mayo de 2012
COMISION DIRECTIVA