El Sindicato de Trabajadores de Prensa (SITRAPREN) repudia con vehemencia a aquellos que, bajo la apariencia de un supuesto reclamo ciudadano, sólo pretenden desestabilizar y ponen en peligro a nuestra democracia, bastardeando además una metodología de protesta como los «cacerolazos», que permitieron a nuestro pueblo dar fin al cáncer neoliberal y sus cómplices de siempre en nuestro país.
No es difícil entender que estas sospechosas convocatorias por redes sociales, los eslóganes falsos o simplistas –como lo fueron los mensajes a «Doña Rosa» de los cómplices de la dictadura militar y la vergüenza neoliberal de los ´90- o la apropiación indebida de reclamos -que podrían ser legítimos si se hicieran en los ámbitos correspondientes- no hacen más que certificar que oscuros intereses se esconden detrás de este accionar maquiavélico.
Los «cacerolazos» tuvieron una incidencia fundamental cuando el pueblo argentino se volcó a las calles a fines de 2001, porque representaban en esencia el hartazgo por el hambre y la desocupación, personificados por un gobierno autómata que nunca cayó en la cuenta de su ineptitud.
Pero esa situación tuvo como antecedente la legítima lucha de quienes enfrentaron al neoliberalismo y sus cómplices. Aquellos que no dudaron en ponerle el cuerpo a la lucha contra privatizaciones expoliantes del patrimonio nacional y la represión.
Quienes ahora pretenden vestir sus reclamos sectoriales de «iniciativa popular» desprestigian este modo de luchar, ya que nunca en su vida pasaron verdaderas necesidades o debieron mirar a sus hijos a los ojos para decirles que no había para comer, porque la empresa para la que trabajaban había desaparecido para siempre.
No permitiremos que un grupúsculo de maniqueos intente desestabilizar el gobierno elegido por el pueblo en detrimento del futuro de todos los argentinos que no queremos un regreso a la vergüenza, el hambre y la represión del pasado.
«La economía nunca ha sido libre: o la controla el Estado en beneficio del Pueblo o lo hacen los grandes consorcios en perjuicio de éste». (Juan Domingo Perón)
COMISIÓN DIRECTIVA
Buenos Aires, 1 de junio de 2012