Hace 68 años, durante el gobierno del Presidente Juan Domingo Perón, las mujeres lograban el reconocimiento de un derecho histórico en la República Argentina: el voto femenino mediante la ley 13.010, culminación de una larga lucha que en nuestro país se remontaba a finales del siglo XIX.

A lo largo de la historia, las mujeres tuvieron que luchar siempre por el reconocimiento de sus derechos y por la igualdad, su batallar constante no se puede negar o desconocer. En el caso particular del voto, ya en el siglo XX, desde 1912 regía en nuestro país la Ley Sáenz Peña, que establecía el sufragio secreto, universal y obligatorio, pero sólo para los hombres, hecho que dejaba a las mujeres en inferioridad cívica.

Desde mediados de 1945, Perón había impulsado la creación de una Comisión Pro Sufragio Femenino en la Secretaría de Trabajo y Previsión, y había manifestado su voluntad para que las mujeres participaran en las elecciones que pondrían fin al gobierno de la “Revolución de Junio”.

Paradójicamente se alzaron las voces en contra de la participación de las mujeres en los comicios, aún quienes por más de una década venían reclamando el reconocimiento de este derecho. Como ejemplo, puede citarse la convocatoria a una Asamblea Nacional de Mujeres, donde Victoria Ocampo manifestó: “Creo que la mujer argentina consciente, al no aceptar dócilmente ni siquiera la idea del voto por decreto, del voto recibido de manos del gobierno de facto, ha votado por primera vez en la vida política”.

Luego del triunfo que llevó a Juan Domingo Perón a la presidencia, Evita encabezó la lucha de las mujeres, sus palabras en el discurso del 10 de octubre de 1946 así lo demuestran: “Hablo a todas las mujeres de mi país que trabajan y luchan rudamente por su hogar. A la que la fortuna adversa o el humilde destino han llevado allí, al pequeño refugio del taller, de la fábrica, de la oficina. Hablo de mis hermanas del campo, del quebrachal y del ingenio. Para todas ellas el derecho al voto es esencial”.

En 1947 manifestaba: “La descamisada no puede ser olvidada y se le debe conceder el voto que será el arma que hará de nuestros hogares el recaudo supremo e inviolable de una conducta pública”. Podríamos continuar con muchos ejemplos de la lucha encabezada por Evita para consolidar la igualdad del derecho cívico de las mujeres, a modo de síntesis elegimos estos.

Luego de dos sesiones maratónicas, la ley 13.010 fue aprobada el 09 de septiembre de 1947 estableciendo que “las mujeres argentinas tendrán los mismos derechos políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan o imponen las leyes a los varones argentinos…”. El 23 de septiembre, Perón y su ministro Ángel Borlenghi firmaron el decreto de promulgación.

Ese día, cuando Perón le entregó a Evita el decreto de promulgación de la ley 13.010, como un gesto por la lucha encabezada por ella para lograr el reconocimiento de este derecho para las mujeres, la Confederación General del Trabajo (CGT) convocó a un acto en Plaza de Mayo.

Fue en ese momento cuando Evita debutó en el balcón de la Rosada ante una multitud a la que expresó: “Mujeres de mi Patria: recibo en este instante de manos del gobierno de la Nación la ley que consagra nuestros derechos cívicos. Y la recibo entre vosotras con la certeza de que lo hago en nombre y representación de todas las mujeres argentinas, sintiendo jubilosamente que me tiemblan las manos al contacto del laurel que proclama la victoria. Aquí está, hermanas mías, resumida en la letra apretada de pocos artículos, una historia larga de luchas, tropiezos y esperanzas. Por eso hay en ella crispación de indignación, sombra de ataques amenazadores, pero también alegre despertar de auroras triunfales. Y eso último se traduce en la victoria de la mujer sobre las incomprensiones, las negaciones y los intereses creados de las castas repudiadas por nuestro despertar nacional, sólo ha sido posible en el ambiente de justicia, de recuperación y de saneamiento de la Patria, que estimula e inspira la obra de gobierno del general Perón, líder del pueblo argentino”.

Sin embargo, pese a la magnitud del triunfo conseguido, las dirigentes opositoras de todo el arco político que trabajaron por lograr el voto femenino -desde la izquierda a la derecha- en vez de alegrarse sintieron que Evita les arrebataba una lucha histórica y una anhelada conquista.

Lo que son las vueltas de la vida, y como las ansias de protagonismo a lo largo de la historia demuestran la ceguera que lleva a ciertas personas a minimizar los triunfos, derechos o beneficios conseguidos por otros, preocupándose únicamente por aparecer como quienes comenzaron una lucha que involucra a todos.

Cuatro años más tarde, en las elecciones del 11 de noviembre de 1951, la ley 13.010 fue estrenada en la práctica por primera vez, y las mujeres ejercieron su derecho cívico.

Desde el SITRAPREN, reivindicamos el rol de la mujer y su lucha, a la vez que trabajamos para que se cumplan sus derechos, ampliándolos inclusive como lo hicimos, por ejemplo, con la incorporación en Télam S.E. de la licencia mensual por el día de la mujer, entre otras muchas cosas.

A todas ellas les decimos, la lucha continúa, no se detiene nunca, y les recordamos que es también para “las mujeres que aguantan, las que no aguantan es mejor que no luchen”.

«…Ha llegado la hora de la mujer que comparte una causa pública y ha muerto la hora de la mujer como valor inerte y numérico dentro de la sociedad. Ha llegado la hora de la mujer que piensa, juzga, rechaza o acepta, y ha muerto la hora de la mujer que asiste, atada e impotente, a la caprichosa elaboración política de los destinos de su país, que es, en definitiva, el destino de su hogar…”. Evita (12 de marzo de 1947)

COMISIÓN DIRECTIVA

Buenos Aires, 09 de septiembre de 2015

evita ha llegado la hora

Por sitrapren